
Marcos Manuel de Avellaneda
El Dr. Marcos Avellaneda (1813 – 1841) dio todo por una causa que fue su vida. Dejo familia, fortuna, para encabezar una idea en la que perdió la suya.
La historia de la familia Avellaneda se remonta a fines del siglo XVII cuando llegó el primero a Buenos Aires. En Catamarca Juan Nicolás Avellaneda fue gobernador y su hijo Marcos como joven distinguido fue becado al colegio de Ciencias Morales y estudió derecho graduándose con honores.
Enemigo de Rosas, unitario por familia, convicción y educación, dirigió la Coalición del Norte junto a Gregorio Araoz de Lamadrid, Lavalle y Paz. El destino político de la mano del militar, naufragó cuando Lavalle fue derrotado por Oribe en Quebracho Herrado
Huyendo por el monte salteño fue entregado a los soldados de Oribe, que lo condenaron a una muerte espantosa en Metan. Tenia tan solo 28 años.
Su cabeza fue expuesta en la plaza de Tucumán hasta que una adepta (Fortunata García de García) con la connivencia de un hombre de Oribe, el coronel Carballo, la retiró una noche para darle cristiana sepultura.
Su hijo Nicolás, Presidente de la Nación, le levantó este monumento en el Cementerio del Norte, obra del escultor Cardona, que recuerda su muerte a mano de “los acides* de Rosas”.
Su otro hijo, llamado como él, fue un brillante abogado y legislador que colaboró con Juárez Celman y Figueroa Alcorta.
* Palabra de origen árabe que no figura en el Diccionario de la Real Academia porque fue ideada por Voltaire. Significa “partidario”, alude a Seid, esclavo de Mahoma, que fue su seguidor y adepto.